La ruta, conocida con el nombre de Círculo de Donalbai, es un itinerario circular de unos 26 kilómetros de perímetro que discurren por los ayuntamientos de Begonte y Outeiro de Rei y que se pueden recorrer en varias etapas, ya que se divide en dos recorridos adaptados a las capacidades de los caminantes.
El recorrido de la ruta es como un petroglifo, similar al hallado en Donalbai, con un centro y tres círculos concéntricos atravesados por una línea de este a oeste. Los caminantes disfrutarán de la naturaleza, al mismo tiempo que podrán acercarse al patrimonio arqueológico chairego, tanto al pasado rupestre, como a elementos castreños, románicos o medievales, que se conservan en el lugar.
En el perímetro hay doce iglesias, todas asociadas a elementos rupestres o a fuentes milagrosas como las de Santa Elena o Santa Marta, en Begonte. Y en el centro está la iglesia de San Cristobo de Donalbai, muy cerca de la Pena dos Mouros, un elemento megalítico con un gran valor sagrado. Otros puntos de interés son Penas de Rodas, en Outeiro de Rei.
A Pena dos Mouros (Donalbai)
El conjunto Pena dos Mouros (Donalbai) está formado por tres enormes pilares de seis metros de alto sobre los que asienta una piedra en forma de riñón o de cráneo de perro. Siguiendo una línea recta, se llega hasta las Penas de Rodas, en el ayuntamiento limítrofe de Outeiro de Rei, que, según algunos investigadores, se utilizarían como observatorio astronómico. La Pena dos Mouros está en conexión con las Penas de Rodas, ya que parece que durante los solsticios el sol atraviesa las Penas de Rodas y luego penetra en la Pena dos Mouros.
Cuentan que la "pena" fue dinamitada en parte en los años veinte del pasado siglo con motivo de unas disputas familiares. Antes de eso había un gran abrigo bajo el que se hacía el magosto. Según el saber popular la piedra en sí es una mora y dentro habitaba una gran cobra que podía devorar a la gente. También se habla de la aparición de una mujer que vivía en la pena y que se dedicaba a coger la lana de las ovejas para tejer. Incluso se asegura que en el lugar los moros escondieron un tesoro que robaron en un castillo, nada más y nada menos que durante la I Guerra Mundial.
Pena dos Mouros también es considerado un lugar donde el último rayo de luz del sol poniente del antiguo día de difuntos, el atardecer de 7 de noviembre, el Samhain celta y víspera del “Mundus Patet” romano (“el mundo se abre”), ilumina la cuenca ocular del imaginado "cráneo de perro", encargado de guiar nuestro espíritu al "otro mundo".
La piedra simboliza la cabeza de Anubis-Cristovo que mira a occidente, el señor de los muertos que descansa sobre el monumento pétreo en un curso de agua que fluye hacia el río Ladra. En la noche de 7 de noviembre a puerta del otro mundo se abre y Anubis-Cristovo guía a los iniciados a entablar comunión con sus ancestros.
Anubis era en la mitología egipcia el "Señor de la necrópolis", la ciudad de los muertos. Era el encargado de guiar al espíritu de los muertos al "otro mundo" y se representaba como un hombre con cabeza de cánido, o como un perro egipcio (o chacal) negro. En la misma línea, San Cristovo nace en Behedet, antigua ciudad del Chacal, y es continuador de la misión de Anubis: guía a los muertos a la otra orilla. San Cristovo, igual que Anubis, es representado como hombre con cabeza de perro, sosteniendo el báculo; su cara está pintada de color oscuro, por el color de la tierra fértil, símbolo de resurrección. De hecho la Pena dos Mouros se encuentra a escasos metros de la capilla de San Cristovo, patrón del lugar.
Información obtenida de:
http://eltablerodepiedra.blogspot.com.es/2011/11/puerta-nuestra-identidad.html
http://onosopatrimonio.blogspot.com.es/2011/07/circulos-liticos-e-pedrafitas-de-galiza_09.html